Informe de la AGCBA revela irregularidades en la implementación de un nuevo programa de reciclaje en la villa 31
PROgrama de Reciclaje sin documentos
Un informe reciente de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires revela serias deficiencias en el “Programa a Todo Reciclaje” (ATR) del Barrio Padre Carlos Múgica. Este programa es fundamental en el proyecto de reurbanización de los barrios 31 y 31 Bis, regulado por la Ley No 6.129 y la Ley No 3.343, que establecen principios de justicia ambiental y la integración de estos barrios con el resto de la ciudad.
El informe de la AGCBA evidencia que no hay una gestión transparente ni regulación interna adecuada en el programa ATR. Las coordinaciones de las Gerencias Operativas, las áreas de gestión de recursos humanos, presupuesto, administración, asuntos legales y evaluación carecen de protocolos y manuales de procedimientos formales. Desde la Auditoría se subraya que ni el ATR ni la Ley de Basura Cero, auditada en años anteriores, cuentan con una administración efectiva y regulada.
Uno de los problemas críticos es la falta de claridad en la relación entre el Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral (CeDEL) y las empresas contratadas. El informe detalla que las empresas McKinsey y Deterra figuran como contratadas, pero no hay registros en la base de datos sobre la cantidad de materiales reciclables disponibles para la venta ni quién fiscaliza las acciones de limpieza y recolección de las cooperativas. La trazabilidad de los residuos es prácticamente inexistente, debilitando la integridad y confiabilidad del sistema de supervisión y monitoreo. La ausencia de documentación física y la dependencia de una planilla de Excel modificable agravan esta situación.
En cuanto a la gestión de recursos humanos, el informe señala que el “Manual CeDEL” no identifica a los responsables de la recolección y la nómina de empleados no coincide con el listado de transacciones. Además carece de instrumentos para realizar actividades de diagnóstico, no hay equipo de trabajo, no determinaron criterios utilizados para la selección en la oferta de cursos de capacitación y formación, ni actividades de inserción. También se menciona que “no se sabe qué sucede cuando los trabajadores no pasan el periodo de prueba en los puestos que ofertan, no hay criterios establecidos para abordar situaciones relacionadas con la violencia laboral, ni para las tareas de mejoramiento, saneamiento, retiro y traslados de residuos áridos”.
Adicionalmente, el informe menciona problemas edilicios en el CeDEL, como la falta de ventilación adecuada en los baños para personas con discapacidad, humedad en los techos, vidrios rotos, ventanas bloqueadas y artefactos de luz mal instalados.
Estos hallazgos reflejan una falta de intención real por parte del gobierno de la ciudad de mejorar las condiciones de vida en el barrio, sugiriendo que hay un mayor interés en negocios privados que en la transparencia y eficacia del programa de reciclado. Este es otro claro ejemplo de cómo el GCBA lo que mejor sabe hacer es publicitarse, usando slogans y nombres atrayentes pero esta propaganda solo tapa la falta de una gestión correcta.