El Registro de Verificación de Autopartes no está operativo. No hay control sobre la compra y venta de repuestos y se debilita una política clave para prevenir robos y desarmaderos ilegales.

Autopartes sin control: el registro para combatir el robo de autos no funciona en la Ciudad

Aunque la ley exige que se registre y grabe cada autoparte para evitar el mercado negro de repuestos robados, el sistema está prácticamente paralizado. No hay control sobre concesionarias, ni sanciones por incumplimiento.

Baleaks

Desde hace más de una década, la Ciudad cuenta con una ley que busca frenar el robo de autos y motos para su desarme y reventa ilegal. Se trata del Registro de Verificación de Autopartes, creado en 2010 por la Ley Nº 3708 y modificado en 2013 por la Ley Nº 4606. El objetivo era obligar a que cada autoparte esté grabada y registrada y que todos los comercios dedicados a la venta de repuestos estén debidamente inscriptos.

Sin embargo, según un reciente informe de la Auditoría General de la Ciudad (AGCBA), el sistema no funciona como debería. El Registro directamente no está operativo, lo que significa que no se puede saber con precisión qué negocios están inscriptos ni controlar si se cumple con la ley. 

No hay información pública sobre los requisitos, características ni medidas de seguridad de las obleas que deberían identificar a cada autoparte. Tampoco se cumple con la obligación de entregar mensualmente la información sobre altas y transferencias de vehículos. En resumen, no hay trazabilidad.

Otra de las fallas detectadas tiene que ver con la fiscalización. No se pudo verificar que se estén realizando controles en concesionarias, gestorías o comercios que venden repuestos, ni que se estén labrando actas por incumplimientos. Aunque existe una resolución específica que obliga a enviar los datos necesarios para sancionar a los infractores, esos reportes no se están generando ni enviando al cuerpo de agentes de tránsito y seguridad vial. Además, la auditoría advierte que el Estado porteño tampoco está garantizando el cumplimiento del grabado obligatorio de autopartes y esto es un requisito central de la ley, ya que permite identificar rápidamente si un repuesto pertenece a un vehículo robado. Sin grabado, se favorece el mercado ilegal.

El informe también señala que esta situación no es nueva. Ya se habían detectado problemas similares en auditorías anteriores, lo que indica que no hubo avances para corregir las fallas. El sistema sigue funcionando de manera deficiente y, en algunos aspectos, ni siquiera funciona.

Este vacío de control tiene consecuencias directas. En la práctica, permite que continúe la compra y venta de repuestos robados en el mercado negro, lo que a su vez alimenta los robos de vehículos, muchas veces con violencia. Sin un registro activo y sin fiscalización, se pierde una herramienta clave para combatir este circuito ilegal.

La ley fue pensada como una política pública para mejorar la seguridad en las calles y dar trazabilidad al origen de cada autoparte. Pero sin datos, sin seguimiento y sin sanciones, esa política queda en el papel.