Los hallazgos revelan un sistema al límite, donde las demoras en estudios médicos y las condiciones edilicias inadecuadas comprometen la atención de miles de pacientes.

El Hospital Penna da pena

Crisis en el Penna: demoras peligrosas y fallas que ponen en riesgo a los pacientes

Baleaks

Un reciente informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (AGCBA) expone graves deficiencias en dos servicios clave del Hospital General de Agudos J. M. Penna: Diagnóstico por Imágenes y Fonoaudiología.

El área de Radiodiagnóstico del hospital presenta fallas críticas: según la auditoría, los pacientes deben esperar entre 30 y 60 días para recibir los resultados de sus mamografías, cuando el estándar médico recomienda un plazo máximo de 72 horas. Esta demora, causada principalmente por la falta de profesionales especializados, puede tener consecuencias graves en casos donde el tiempo es crucial. "En otros hospitales como el Álvarez o el Argerich, los informes se entregan en 3 a 7 días", compara el informe. Pero en el Penna, donde se realizan 500 mamografías mensuales, los pacientes esperan más de un mes por resultados que podrían salvarles la vida.

El problema se agrava por fallas técnicas. El equipo de mamografía, mal mantenido, ha producido imágenes con falsas microcalcificaciones, llevando a diagnósticos erróneos. Además, los frecuentes cortes de energía eléctrica obligan a suspender estudios ya iniciados y dañan los equipos sensibles.

La infraestructura del hospital no está a la altura de las necesidades básicas. La sala de tomografías es tan pequeña que el equipo tuvo que instalarse en diagonal, requiriendo conexiones improvisadas de oxígeno con mangueras de cinco metros. En el área de mamografías, las pacientes carecen de un vestidor adecuado, vulnerando su privacidad durante los estudios.

Los trabajadores tampoco están protegidos. El hospital no mantiene registros completos de las dosis de radiación que recibe el personal, incumpliendo protocolos básicos de seguridad laboral.

La auditoría encontró serias irregularidades administrativas: no se pudieron revisar los contratos de mantenimiento de los equipos médicos, ya que el hospital no los proporcionó. Tampoco existen manuales de procedimientos escritos para el servicio de Radiodiagnóstico, lo que genera inconsistencia en las prácticas médicas. El área de Fonoaudiología muestra problemas similares. Carece de una estructura organizativa clara y durante los meses auditados registró una productividad por debajo de lo esperado. La falta de protocolos estandarizados afecta la calidad y continuidad de los tratamientos.

El informe deja en evidencia que las fallas del Hospital Penna van más allá de la falta de recursos. Se trata de problemas de gestión, planificación y priorización que requieren atención inmediata. Mientras se anuncian obras de ampliación, los servicios básicos siguen deteriorándose, poniendo en riesgo la salud de quienes dependen de este hospital público.

La situación del Penna refleja una realidad preocupante: cuando los sistemas de salud fallan, son los pacientes más vulnerables quienes pagan las consecuencias.